Parte 1- LA POSTURA TRADICIONAL DE LOS CHINOS: CUCLILLAS o Dūn Xià Lai (蹲下蹲)
Más que ninguna otra, la postura en cuclillas abre las lumbares inferiores. Activa la fuerza motora latente de la pelvis, abre las ingles, flexiona las articulaciones de las caderas y crea presión descendente, facilitando la liberación de excrementos, gases y toxinas. Por el empuje gravitatorio que provoca, agita la corriente de Chi terrenal que se mueve hacia el perineo, despierta los fluídos espinales en el sacro, abre y alarga la columna, reequilibra las vértebras y abre paso a la corriente Chi que asciende al centro coronario y a la glándula pineal.
Además, en esta postura la respiración interna masajea los pulmones y el corazón, mientras el tan tien ayuda al corazón asumiendo su función de bombeo, activando y facilitando los flujos de sangre y Chi.
Esta postura también contribuye significativamente a estirar los músculos psoas, los que en las reses conocemos como “solomillos”. Estos dos músculos se anclan entre la última dorsal (D12) y las cinco primeras lumbares, siguen en sentido transversal y descendente, uno a cada lado de la columna, hasta las cabezas de los fémures. En el curso de su trayecto, el psoasilíaco se relaciona con importantes órganos: diafragma, riñones, uréteres, vasos renales, colon, ciego, arterias ilíacas primitivas, y arterias y venas ilíacas externas. Especialmente íntima es su relación con el plexo lumbar, que lo atraviesa.
Los músculos psoas nos sirven para mantenernos erguidos, para caminar y levantar las piernas. Actúan también en el movimiento de las caderas y el tronco.
Escuela Argentina de Wushu & TaiChi LONGHUQUAN – Ing. Maschwitz, Bs As.
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